Mythos

Establecimiento fotográfico en Santiago, 1859.La Fotografía Mythos perteneció a los socios Carlos Renard y Federico Leiva, los que en agosto de 1859 inauguraron el elegante establecimiento Mythos de la capital, similar a los salones de retratos que se habían popularizado en París en esa época. Poco tiempo después de inaugurarse Mythos en Santiago, la prensa comentó sobre la «Tarjeta Retrato» muy usada en Europa, con el retrato fotográfico de la persona en vez de su nombre, a propósito de conocerse en la capital retratos tarjeta y relieve. el retrato carte de visite que había enviado a Chile don Francisco Javier Rosales, nuestro representante diplomático en Europa. En marzo de 1860 Mythos avisó que reabría su establecimiento después de haberlo preparado y modernizado, siguiendo con su producción de retratos tarjeta y relieve. Pocos meses más tarde, la prensa de la capital dio cuenta que ese establecimiento podría hacer retratos de tamaño natural, los que hasta ese momento debían encargarse a Europa, informando también que se estaba contratando a un artista para acuarelar y pintar miniaturas. La Fotografía Mythos debió ser uno de los primeros establecimientos que popularizó en Santiago el retrato en formato tarjeta de visita, siguiendo el modelo de Europa. A su prolífica labor de retratistas, los fotógrafos de Mythos realizaron una fotografía que se incorporó como ilustración a un temprano impreso chileno: la estatua ecuestre de don José de San Martín en la Alameda, reproducida en formato carte de visite en el libro Corona Triunfal a San Martín. Discursos y Poesías, editado en SAntiago en 1863. Es posible que sea también de Mythos una ilustración anterior, inserta en el libro de Pablo Treutler La Provincia de Valdivia: los Araucanos, de 1861. En agosto de 1864 la Fotografía Mythos depositó en la Biblioteca Nacional de Santiago, «un bajo relieve fotográfico» de Montt y Varas. El 7 de septiembre siguiente depositó el retrato del Presidente Manuel Montt, posando de pie en un estudio, formato carte de visite, ejemplar que conserva la Sala Medina de la Biblioteca Nacional. Posiblemente esa imagen fue la que, el mismo año, suscitó una demanda de cArlos Renard, dueño de Mythos, contra la fotografía de Ovalle, por uso indebido del retrato presidencial. Además de fotografías, Mythos también realizó ambrotipos, los que firmó en la emulsión con una caligrafía que le fue característica y constituyó su sello. Se cree que la Fotografía Mythos concluyó su labor poco después de 1866.

 

(Rodríguez Villegas, Hernán. «Fotógrafos en Chile durante el siglo XX.» Santiago, Centro Nacional del Patrimonio Fotográfico. 2001)