Alfredo Molina La Hitte
Fotógrafo profesional. Retratista excepcional, fue hijo de Alfredo Molina Ravanal y de Mariana La Hitte Pérez-Cotapos, de quien tomó el nombre que caracterizó su obra. Pasó su infancia en Talcahuano y estudió en el Liceo de Concepción. Vino a Santiago a los veinte años y estudió en la Escuela de Bellas Artes, realizando obras gráficas, pinturas y dibujos, muchos de los cuales se utilizaron en ediciones de la época. Su diseño para el afiche de la Fiesta de la Primavera, en 1930, obtuvo el Primer Premio, lo que destacó la revista Letras, Santiago. A partir de 1928 comenzó a trabajar con mayor dedicación en fotografía, a la que se dedicó exclusivamente en 1930. En 1931 viajó a Buenos Aires y fue ayudante de su compatriota Carlos Borcosque, director de cine y de fotografía. Antes de regresar a Chile, en 1932, expuso retratos fotográficos en Buenos Aires. Expuso nuevamente en Santiago, en el Salón Oficial de Artes Plásticas que en 1932 inició la Sección de Fotografía. Volvió a exponer en el Salón Oficial de 1933, donde mostró doce desnudos, retratos y estudios. En 1934 expuso en el Hotel Alvear de Buenos Aires y en el Teatro Carrera, en Santiago. Abrió un estudio fotográfico en la calle Estados Unidos y pronto llamó la atención de la crítica. Fue contratado por la Empresa Zig Zag y pasó a ocupar un amplio estudio en el Portal Fernández Concha, Plaza de Armas 956, que inauguró con una exhibición de sus obras. El fotógrafo y crítico Mario Vargas Rosas hizo un elogioso artículo de su labor en la Revista de Arte N°6, Santiago 1935, que tituló La Hitte. Notas sobre la fotografía en Chile. En 1936 se presentó con siete retratos y estudios en el Salón Oficial de Bellas Artes, sección Fotografía, y mostró sus retratos más recientes en el hall de Zig Zag, siendo nuevamente elogiado por la Revista de Arte N°11. El I Salón del Club Fotográfico de Chile, junio de 1937, expuso diez retratos de Blanca Luz Brum. El Estudio La Hitte alcanzó su máximo prestigio, especialmente entre los intelectuales, artistas y gente de teatro de su tiempo, de los que este autor fue cercano amigo. Fue muy próximo a Georges Sauré, Jorge Opazo y Antonio Quintana, con quien trabajó asociado en 1940. Al estudio del Portal Fernández Concha siguió otro en calle Merced esquina de Mosqueto y a éste, en 1948, el de Rosal 357. Durante este tiempo siguió trabajando para Zig Zag, colaborando en los números especiales de la revista, y formando seguidores y discípulos, tales como sus hijas María Cristina y Marianela Molina Peláez, Tito Vázquez, Rómulo Herrera y Rolando Rojas, entre otros. Además de fotografía hizo también poesía, fue ilustrador y en sus últimos años participó activamente en las Ferias de Arte del Parque Forestal de Santiago, de las que fue iniciador, exhibiendo obras pintadas sobre laca. En 1969 el diario La Nación de Santiago publicó cada domingo, a página completa, retratos de artistas de las décadas 1930 y 1940 realizadas por el Estudio La Hitte, con una reseña de los retratados, escrita por el propio Molina. (Rodríguez Villegas, Hernán. «Fotógrafos en Chile durante el siglo XX.» Santiago, Centro Nacional del Patrimonio Fotográfico. 2001)